domingo, 16 de septiembre de 2007

Octavio Paz


"El poema es creación original y única pero también es lectura y recitación: participación. El poeta lo crea; el pueblo al recitarlo lo recrea."


Octavio Paz Lozano (Ciudad de México; 31 de marzo de 1914 - 19 de Abril de 1998). Poeta, Ensayista y diplomatico mexicano.


Octavio Paz Lozano nació en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914, en medio de la Revolución Mexicana. Criado en Mixcóac, una población cercana, por su madre, Josefina Lozano, una mujer religiosa; así como por una tía y su abuelo paterno, Ireneo Paz: soldado retirado de las fuerzas de Porfirio Díaz, intelectual liberal y novelista. Su padre, también llamado Octavio Paz, trabajaba como escribano y abogado para Emiliano Zapata, y estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la revolución, pero estas actividades provocaron que se ausentara durante largos periodos de casa.


Paz fue influenciado desde pequeño por la literatura a través de su abuelo que cubría tanto la literatura clásica como el modernismo mexicano. Descubrió a los poetas europeos Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado durante la década de 1920, cuya influencia se observa en sus escritos más tempranos. Publicó su primer poema en 1931, de nombre: Caballera. Dos años después, a la edad de 19, Paz publicó Luna Silvestre, una colección de poemas. Para 1939, Paz era considerado el más joven y prometedor poeta.

En 1937, Paz visita España durante la Guerra Civil Española, mostrando su solidaridad con los republicanos, su ideología política influyó en su obra, otorgándole una visión preocupada, e incluso angustiada, respecto a las condiciones de vida que se daban en su país natal y en España. A su regreso participa como co-fundador en una revista literaria llamada “Taller” en 1938, y escribe en ella hasta 1941. En 1943 recibe la Beca Guggenheim y comienza sus estudios en la Universidad de California, Berkeley en los Estados Unidos de América, y dos años después comienza a servir como diplomático mexicano, trabajando en Francia hasta 1962. Durante su estancia, en 1950, escribe y publica El laberinto de la soledad, un innovador estudio de los pensamientos y la identidad mexicana.
En 1987 le otorgan el Premio Internacional Menéndez Pelayo. En 1990 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Experimentación e inconformismo pueden ser dos de las palabras que mejor definen su labor poética, pero es un poeta difícil de encasillar. Ninguna de las etiquetas adjudicadas por los críticos encaja con su poesía: poeta comprometido, en sus comienzos; más tarde, poeta existencia1; y, en ocasiones, poeta con tintes del surrealismo. Ninguna etiqueta le cuadra y ninguna le sobra. En realidad, se trata de un poeta que no echó raíces en ningún movimiento porque siempre estuvo alerta ante los cambios que se iban produciendo en el campo de la poesía y siempre estuvo experimentando, de modo que su poesía acabó por convertirse en algo muy personal y original. Además, se trata de un poeta de gran lirismo cuyos versos contienen imágenes de gran belleza. Después de la preocupación social, presente en sus primeros libros, pasó a tratar temas de raíz existencial, como la soledad y la incomunicación. Una de las obsesiones más frecuentes en sus poemas es el deseo de huir del tiempo, lo que 10 llevó a la creación de una poesía espacial cuyos poemas fueron bautizados por el propio autor con el nombre de topoemas (de topos + poema). Esto es lo que significa poesía espacial: poesía opuesta a la típica poesía temporal y discursiva. Se trata de una poesía intelectual y minoritaria, casi metafísica en la que además de signos lingüístico s se incluyen signos visuales. En los topoemas, igual que ocurría en la poesía de los movimientos de vanguardia, se le da importancia al poder sugerente y expresivo de las imágenes plásticas. No cabe duda de que en la última poesía de Octavio paz hay bastante esoterismo, pero, al margen de ello, toda su poesía anterior destaca por su lirismo y por el sentido mágico que el autor da a las palabras.

Algunos Poemas De Octavio Paz





Entre Irse y Quedarse


Entre irse y quedarse duda el día,

enamorado de su transparencia.

La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.


Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.


Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.


Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.


La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.


En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.

Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.

Dos cuerpos

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que
caen en un cielo vacío.
Destino del Poeta

¿Palabras? Sí, de aire,
y en el aire perdidas.

Déjame que me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece.

También la luz en sí misma se pierde.